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Consentimiento Informado

La psicoterapia es una práctica cuyo propósito es ayudar a las personas a llevar una mejor vida, bajo sus propios términos. Ella involucra un ejercicio de exploración personal que se realiza a través de la relación terapéutica. En ciertos sentidos, esta relación es bien común, pero en otros bien especial. Común porque es una relación íntima y de confianza, que se construye conversando de manera honesta sobre temas importantes, con una persona atenta, cuidadosa e interesada. Especial porque, a diferencia de otras relaciones similares en nuestras vidas, esta tiene un propósito específico y un conjunto de condiciones que permiten que éste se cumpla.

Este escrito describe cuáles son, en mi caso, estas condiciones. Lo que busca es establecer un acuerdo entre los participantes sobre las reglas que regulan el trabajo y la relación terapéutica. Es importante que leas y comprendas todo lo que aquí se declara antes de decidir iniciar un proceso conmigo, ya que este será el encuadre dentro del cual realizaremos nuestro trabajo.

Este consentimiento no tiene peso legal. Si te surgen preguntas al respecto, no dudes en plantearlas.

Lógica del proceso

Primero, una breve explicación de cómo entiendo la psicoterapia y lo que requiere de sus participantes.

Los sufrimientos de las personas que buscamos apoyo en la psicoterapia suelen ser generados por procesos que no han logrado una adecuada resolución, pero que sin embargo ejercen una gran influencia nuestro bienestar, incluso sin que seamos conscientes de ello. Estos procesos pueden ser diversos e involucrar situaciones presentes y/o pasadas, patrones de pensamiento y/o emociones, elementos individuales y/o relacionales, etc.

La función de la psicoterapia es movilizar y encauzar estos procesos truncados, para promover el crecimiento, el aprendizaje y el bienestar. Para que esto suceda, debemos lograr que aparezca en el contexto de la relación terapéutica lo que -por distintos motivos- no ha logrado ser vivenciado, palabreado, pensado y/o hecho. Cuando esto ocurre, procuramos ir comprendiendo lo que nos pasa, aprendiendo de nosotros mismos y encontrando un lugar en nuestras vidas a aquello que se encontraba pulsante y sin resolver, de una manera tal que no siga teniendo los efectos nocivos que solía tener.

En este sentido, el rol de el/la terapeuta es identificar dónde están los puntos nodales de este estanco, haciendo intervenciones que permitan que se pongan en juego en la conversación y la relación terapéutica. Por otra parte, se invita a el/la consultante a tomar una actitud de honestidad radical, en donde se dispone a decir incluso aquello que preferiría no mostrar para no causar malestar en sí mismo o en el/la terapeuta. Esto es importante, porque muchas veces lo que preferimos omitir ofrece pistas importantes respecto de estos procesos truncados.

Es importante aclarar que no es necesario que exista sufrimiento para iniciar un proceso de psicoterapia. Este trabajo puede ser asumido como un ejercicio de exploración y desarrollo personal, en donde también se producen efectos positivos importantes para la salud mental.

Momentos difíciles durante el proceso

El objetivo principal de la psicoterapia es ayudar a las personas a vivir una mejor vida, bajo sus propios términos. Sin embargo, dado que el proceso involucra un ejercicio de exploración personal profundo, es probable que existan momentos o periodos difíciles, caracterizados por emociones displacenteras tales como ansiedad, pena, rabia u otras. Esto es normal, esperable, y no quiere decir que el trabajo no esté bien encaminado hacia su objetivo, sino que probablemente todo lo contrario. Todas estas emociones son bienvenidas en el espacio de la terapia, y se invita a las personas a que las hagan explícitas, ya que constituyen un insumo importante para el trabajo a desarrollar en conjunto.

Estructura del proceso

Organizo mi trabajo en torno a tres momentos sucesivos:

  1. Una consulta inicial, cuyos objetivos son (i) conocernos, (ii) comprender a grandes rasgos el malestar que te lleva a consultar, (iii) evaluar si creo que un proceso de psicoterapia te podría ayudar con tu malestar y (iv) contarte cómo trabajo. El documento que lees es parte de este cuarto objetivo.
  2. Luego, si aceptas trabajar conmigo, comienza un proceso de entrevistas de varias sesiones de duración, cuyo objetivo es la construcción de un relato de tu vida que me permita entenderte mejor. En ellas tendré un rol activo, haciendo muchas preguntas que me ayuden a comprender los principales hitos, procesos y relaciones que sientas que han contribuído a definirte como persona.
  3. Finalmente, el resto del tiempo constituye el trabajo de psicoterapia propiamente tal, cuyo objetivo general es ayudarte a vivir una mejor vida bajo tus propios términos. Desde este momento en adelante seré menos directivo y tendrás la libertad de decidir qué es lo que quieres trabajar sesión a sesión. Yo escucharé atentamente e intentaré hacer intervenciones que te ayuden a tomar mayor conciencia de tus propias emociones, pensamientos y conductas.

Duración del proceso

Mi misión es ayudarte de la manera más efectiva y eficiente posible con las dificultades que presentas actualmente, así como con otras que pueden ir apareciendo en el camino. Sin embargo, la psicoterapia no es un procedimiento acotado y definido que se pueda programar, sino que un ejercicio de aprendizaje y sanación a través de la exploración personal en la relación terapéutica. En este sentido, es imposible determinar de antemano la duración del trabajo, ya que esta depende de lo que cada persona busca y de factores vitales que están fuera del control de la terapia, pero que son capaces de alterar su curso, velocidad de avance y objetivos.

A pesar de aquello, la investigación en psicoterapia muestra que los efectos positivos empiezan a apreciarse recién desde los 6 meses de trabajo, y que estos se tornan significativos y duraderos a partir de los 18 meses. Es importante tener en consideración que estos hallazgos representan promedios y que no aplican necesariamente para cada caso en particular, pero puede ayudarte a tener una idea general de los tiempos.

Respecto del término del proceso, es una decisión que está acompañada por mi, pero que queda fundamentalmente a cargo del consultante. En la medida en que vayan apareciendo cambios o mejoras, yo las iré abordando para explorar en qué medida inciden en las expectativas de la persona en cuestión y la continuidad del proceso, pero nunca determinaré unilateralmente que el proceso ha acabado. En otras palabras: yo no te doy de alta, tú me das de baja.

Frecuencia de las sesiones, pago y asistencia

En general, trabajo con sesiones semanales de 45 minutos en un horario fijo a convenir, aunque esto puede variar en función de los requerimientos de la persona y el proceso.

Mi tarifa para una sesión de psicoterapia es de $40.000, aunque a veces dispongo de cupos para valores diferenciados. Si no te es posible pagar el costo total, podemos conversar para intentar alcanzar un acuerdo que permita desarrollar un trabajo de psicoterapia sustentable en el tiempo.

La gestión de el agendamiento y los pagos la realizo a través de encuadrado, una plataforma específicamente diseñada para estos fines. En relación a las características relevantes para los y las consultantes, la plataforma:

  • Envía recordatorios de cada sesión por correo electrónico y WhatsApp, con una anticipación de 28 y 4 horas respectivamente. Estos son opcionales y se pueden deshabilitar.
  • Permite un pago sencillo mediante WebPay, ya sea a través de tarjeta de débito o crédito, el cual debe realizarse antes de cada sesión.
  • Emite automáticamente la boleta una vez realizado el pago, con la cual puedes solicitar reembolso en caso que estés afiliado a una ISAPRE y que tu plan cubra atención psicológica en modalidad Libre Elección.

Respecto de la asistencia a cada sesión, el espacio que acordemos para el trabajo en conjunto está asignado exclusivamente para ti, por lo que si requieres reagendar una sesión, necesito que me avises con 24 horas de anticipación. Si faltas a una sesión sin avisar, o si avisas con menos de 24 horas de anticipación y no logramos reagendar, la sesión se cobrará como si hubieses asistido. Las sesiones terminan a la hora acordada, incluso si llegas tarde.

Trabajo online

Por el momento sólo estoy trabajando vía online a través de Zoom y en el corto plazo no tengo intenciones de trabajar presencialmente.

El trabajo online tiene la ventaja de poder realizarse desde cualquier lugar, eliminando limitaciones por tiempos de traslado y por ubicación geográfica. Es importante, sin embargo, que el consultante se haga responsable de contar con las condiciones adecuadas para la realización del trabajo: un ambiente cómodo, silencioso y con privacidad, en donde se pueda hablar con completa libertad, y en donde la velocidad de internet permita una comunicación fluida.

Confidencialidad

Todo lo que compartes conmigo es estrictamente confidencial. Esta regla sólo puede vulnerarse en caso de que tenga sospechas fundadas de que puedes ponerte en riesgo a ti mismo/a u otras personas.

En el caso de adolescentes, las conversaciones que tengamos son privadas y serán compartidas con sus padres y/o apoderados sólo en términos de temáticas generales. Todo lo que se comparta con ellos será comunicado a el o la paciente.

Según lo requerido por la ley de derechos de los pacientes, mantengo fichas clínicas con información general sobre las personas con las que trabajo, así como apuntes que voy tomando sesión a sesión, los cuales también son confidenciales.

En el caso de discutir sobre nuestro trabajo con un colega o supervisor, tomaré las medidas necesarias para que no puedan identificarte.

Aceptar condiciones e iniciar trabajo en conjunto

Si deseas iniciar un trabajo de psicoterapia conmigo, completa el siguiente formulario. Una vez realizado este paso, te llegará mediante correo electrónico una invitación para nuestras sesiones semanales en el horario acordado.