Cómo lidiar con la ansiedad
¿Qué es la ansiedad y qué puedes hacer si sufres de ella? Aquí intento responder estas preguntas.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un "sentimiento incómodo de nerviosismo o preocupación acerca de algo que está sucediendo o que podría ocurrir en el futuro"[1]. Es una reacción humana completamente normal que nos permite evitar o lidiar adecuadamente con posibles amenazas a nuestro bienestar.
La ansiedad está íntimamente ligada a la activación la rama simpática del sistema nervioso autónomo. Esta es la parte de nuestro organismo que se encarga de detectar amenazas y preparar al cuerpo para enfrentarlas. En cierto sentido, el sistema simpático opera como una señal de alarma que pone todos nuestros recursos -musculares, mentales y perceptuales- al servicio de la lucha o de la huída[2].
Súper... ¿Y por qué hay tanta gente ansiosa?
Este sistema es maravilloso, funciona de manera increíblemente rápida y coordinada, y es parte de las características que le permitieron a nuestros antepasados sobrevivir hasta alcanzar a reproducirse. Justamente por esto -que tiene nuestras vidas en sus manos- está configurado para ser súper sensible, tal como sucede con las alarmas contra incendios.
¿Cómo así?
Bueno, las alarmas contra incendios están diseñadas para salvar vidas, no para evitar importunar a las personas. Es por esto que sus fabricantes ubican el umbral de activación a un nivel súper bajo, de tal manera que es posible que se dispare con algo que claramente no es una amenaza (encendiste muchos inciensos en la casa), lo cual asegura que NUNCA deje de activarse frente a una amenaza real. Esto puede ser molesto, pero tiene más probabilidades de salvar tu vida.
Ahora bien, el problema es que este sistema fue esculpido por la evolución para lidiar con una forma de vida muy distinta a la del ser humano contemporáneo. Antes corríamos de depredadores y vivíamos bajo la amenaza de encontrarnos con una banda rival. Hoy estamos atrapados en un taco y pensamos en la posibilidad de que nos vaya pésimo en la presentación de mañana. El ambiente ha cambiado, pero el sistema sigue igual.
Si bien hablar en público no es una amenaza real para nuestras vidas, nuestro sistema nervioso autónomo no es muy bueno para hacer esta la diferencia, y lo mismo ocurre con toda otra serie de situaciones cotidianas aparentemente inocuas, pero de todas maneras inquietantes.
Genial, pero... ¿qué pasa con las personas que tienen MUCHA ansiedad?
Si bien la ansiedad es una reacción completamente esperable y normal, a veces su excesiva intensidad, frecuencia o duración la convierten en una situación desadaptativa, causando un malestar los suficientemente elevado como para interferir con nuestro cotidiano. Cuando esto sucede, lo más probable es que estamos frente a un trastorno de ansiedad.
Decir que una persona tiene un trastorno de ansiedad no quiere decir que esté "pifiada". Siguiendo con la analogía, imagínate que se activen los rociadores de agua en el techo cada vez que enciendes un fósforo para prender los quemadores de la cocina... ¿Agradable? No. ¿Interfiere con tu vida cotidiana? Sí. Pero el detector no está descompuesto... Incluso se podría decir que está funcionando muy bien.
En este sentido, el diagnóstico de trastorno de ansiedad se basa únicamente en la magnitud con la que este estado interfiere con la vida normal de cada uno. La siguiente tabla compara situaciones que despiertan ansiedad, mostrando cuándo estamos frente a un caso benigno o transitorio, y cuándo estamos en una situación que puede ser indicativa de un trastorno, y de la cual vale la pena ocuparse.
Ansiedad normal o cotidiana | Trastorno de ansiedad |
---|---|
Preocupación por pagar cuentas, conseguir un trabajo u otro tipo de eventos vitales importantes. | Preocupación constante e injustificada que causa un malestar significativo e interfiere con la vida cotidiana. |
Verguenza o incomodidad en una situación social extraña. | Evitar situaciones sociales por miedo a ser juzgado, avergonzado o humillado. |
Nerviosismo o transpiración antes de una prueba importante, una presentación de negocios, performance escénica u otro evento significativo | Ataques de pánico espontáneos o preocupación constante por sufrir uno. |
Preocupación respecto de un objeto, lugar o situación realmente peligrosa. | Preocupación irracional y evitación de un objeto, lugar o situación que no supone una amenaza significativa real. |
Preocuparse de estar sano y viviendo en un lugar seguro, libre de peligros. | Realizar acciones repetitivas sin control, tales como limpieza excesiva, revisar o tocar y organizar objetos. |
Ansiedad, tristeza o dificultad para dormir después de un evento traumático. | Pesadillas recurrentes, flashbacks o entumecimiento emocional relacionado a un evento traumático ocurrido varios meses o años en el pasado. |
¡Me veo en la segunda columna! ¿qué tengo que hacer?
Bueno... no tienes que hacer nada. Vivir con un trastorno de ansiedad no es ni un crimen ni nada fuera de lo común. De hecho, el 27,5% de los encuestados en el Termómetro de la Salud Mental exhibió síntomas moderados o severos de ansiedad durante el 2022[3]. Eso sí, debes saber que el vivir con constante ansiedad también puede tener un efecto nocivo en tu salud física. El sistema de alarma fuerza al organismo a operar de una forma que no es sostenible en el tiempo, y que progresivamente va generando deterioro.[4]
Ok, ok.... ¿y qué "puedo" hacer entonces?
Depende de lo que estés buscando.
Uno podría plantear, a modo de ejemplo, dos grandes formas de abordar la ansiedad: lidiar con sus síntomas o intentar modificar sus causas. Cualquiera de las dos es legítima y, de hecho, pueden ser complementarias.
Siguiendo con la analogía del detector de humo, la ansiedad en tanto síntoma correspondería a la activación de la alarma y los rociadores, mientras que en tanto causa hace referencia a la configuración específica del sistema que hace que se dispare cuando "no corresponde". Lidiar con los síntomas puede pensarse como poner bolsas alrededor de los rociadores, tener un impermeable a mano o usar traje de baño en la casa: el sistema se sigue disparando, pero tenemos medios que nos permiten que no sea tan molesto o inconveniente. Por otra parte, lidiar con las causas implicaría intentar reconfigurar el sistema o contratar un servicio que lo haga por uno.
La primera alternativa se traduce, por ejemplo, en el uso de psicofármacos. Estos generalmente logran "bajarle el volumen" a la ansiedad, lo cual en ocasiones es suficiente para que las personas que padecen de un trastorno de ansiedad puedan alcanzar los niveles de bienestar suficientes para seguir adelante con sus vidas sin sentirse trementamente limitados por esta condición. Por su parte, la segunda alternativa implicaría intentar entender qué es lo que genera ansiedad en la persona, por qué esto es así, e intentar, a partir de dicha comprensión, generar cambios en su vida que permitan que el sistema de alarma no se dispare tan fácilmente. Esto es lo que se intenta lograr en los procesos de psicoterapia como los que yo desarrollo.
Si la ansiedad que sientes es suficiente como para impulsarte a hacer algo al respecto, mi sugerencia sería primero consultar con un médico general. A veces la ansiedad es un efecto secundario de otras condiciones médicas, lo cual es importante descartar antes de tomar otras medidas. Adicionalmente, el médico puede recetarte psicofármacos que pueden ser una buena herramientas para lidiar con los síntomas molestos de la ansiedad.
Ahora bien, si ya descartaste condiciones médicas subyacentes, si no tienes intenciones de tomar psicofármacos, o si te interesa entender más en profundidad por qué eres una persona ansiosa y cómo puedes generar cambios para llevar una vida más amable y tranquila, quizás un proceso de psicoterapia pueda ayudarte. Si es así, te invito a que tengamos una primera sesión, libre de costo, y evaluemos juntos si es el tratamiento indicado para ti.
O, puedes también simplemente escribirme por WhatsApp para resolver dudas antes de agendar.